El gigante asiático empezó a dar señales en relación a incrementar sus compras: Brasil apuntó sus negocios hacia allí y envió menos toneladas a Argentina. Además, influyen las trabas del Banco Central para poder acceder a divisas.

En julio, las importaciones de carne porcina registraron por primera vez en doce meses un retroceso interanual, de acuerdo a la Consultora JLU. El mes pasado, las compras fueron de 1.940 toneladas y cayeron un 23,9%, aunque todavía se mantienen un 21,5% por encima del promedio de 2020.
El titular de la consultora, Juan Uccelli, explicó que los motivos de este retroceso se deben tanto a factores del mercado local como del escenario internacional. “A nivel interno, están las dificultades en conseguir dólares para hacer las importaciones y pagarlas a 180 días” destacó. También explicó que el ritmo lento de devaluación tiene un impacto en el precio local, que lo hace más competitivo.
El escenario internacional también juega su partido. En las últimas semanas, el precio del cerdo a nivel mundial empezó a subir. A este factor, se suman las señales por parte del mercado chino en relación a incrementar su nivel de compras. “Todos apuntan hacia allá y Brasil está más interesado en vender a China que a nosotros”, estimó.
Otro factor que desalienta las ventas por parte de Brasil, según Uccelli, es la dificultad por parte de algunos importadores ocasionales para cumplir con los pagos. En este caso, puntualizó que no se trata de los jugadores habituales del negocio.